Cuba: Enajenado a la nueva generación

El Segundo Periodo Especial y el Inminente Aumento de la Emigración

Cuando la economía venezolana agarró neumonía, la economía cubana entró una infección grave.  El artículo del número del 23-29 de julio de la revista the Economist Caribbean Contagion señaló que la economía cubana está muy abatida por la crítica situación de la economía venezolana, y que la diminución de la ayuda venezolana, estimada entre el 12% y 20% al PIB, no ha sido corregida por el mayor turismo y remesas de EEUU después de la apertura de Obama.

El artículo confirma el inicio del Segundo Periodo Especial y el inminente aumento de la emigración.  En el resto del año 2016, Cuba espera un recorte suministro eléctrico del 28%, la diminución de las importaciones de 15%, la nueva moratoria de los pagos externos y las nuevas demoras, realmente un pretexto, de las requeridas medidas de liberación económica, y el déficit fiscal de 7% del PIB.  El zar de las reformas raulistas, Manuel Murillo fue depuesto por Ricardo Cabrisas, quien recientemente renegoció al deuda externa de Europa a principios de 2016.  El emigración de cubanos a EEUU, ingresados por la frontera, aumentó de 23,732 en el año fiscal 2014, a 40,115 en el año fiscal 2015, a 44,353 en lo va del año fiscal 2016.  

Una vez más, la generación joven se llevará la peor parte de la situación y el futuro político y económico de Cuba, por ello aumentará la emigración.  Está sujeta a los frenos de lo que el filósofo Isaiah Berlin denominó “libertad negativa” (a los impedimentos para la acción) y “libertad positiva” (capacidad de autorrealización). Visto así, no sólo es el atraso material, sino también falta de libertad. Y ésta, apenas, una de varias razones, sobre el futuro económico y político que pesa en la generación joven y el de sus hijos, es decidida por la generación octonaria que se reserva el poder y los privilegios (las mieles) de poder.  El pasado 26 de julio de 2016, esa vieja generación octonaria agasajó a Fidel Castro por el sistema establecido y que padece el pueblo de Cuba.  Para su vergüenza y pesar, sigue totalmente extraviada en el horizonte económico con una versión extrema del socialismo estalinista fracasada a nivel mundial, y recientemente en Venezuela.

En el período previo a la actual crisis económica y financiera de Venezuela, Cuba desfrutó de la abundante ayuda externa, y se sintió cada vez confiada a recurrir a la ayuda y el consecuente crédito externo para seguir viviendo por encima de sus propios medios y asumió mayores riesgos financieros.  En los esos años Cuba dejó de invertir en el genuino sostén del crecimiento socioeconómico sustentable, permitiendo que la inversión de empresas y la infraestructura económica y social se deterioraran aún más, se abatieron los sistemas de educativo y salud, y se deterioraron los programas de reestructuración y de capacitación laboral.

En el 7mo Congreso del PCC en abril de 2016, se expuso que en el transcurrido quinquenio 2011-2015 solo se implementaron un 21% de los lineamientos previstos.  En el Parlamento de julio 2016 se aprobaron 274 lineamientos para el 2016-2021.

Cuba permitió que el presupuesto de inversión, y de las reparaciones y los repuestos, fueran rehén de su modelo socialista estalinista fracasado; para ello, y sorpresa de nadie, fue resultado natural del sistema socioeconómico erosionado.  Y así Cuba ha sufrido una drástica decadencia económica, no sólo del ingreso y de la riqueza, sino también de las futuras oportunidades individuales para la juventud.

La inminente crisis venezolana y las oportunidades abiertas por Obama debieron ser una llamada de atención económica.  Pero no lo fueron.  En su lugar son desperdiciaron ni promovieron los relegados cambios, así Cuba ha llegado a un segundo periodo especial porque haciendo más de lo mismo.

Cuba ha efectuado algunos cambios marginales y insuficientes en la pequeña producción agrícola y el trabajo por cuenta propia.  Sin pero, no propició  los impulsores de un crecimiento sustentable, debilitando al mismo tiempo la producción actual y amenazando el futuro desempeño económico del país.  Los errores del pasado se mantuvieron con una serie de prórrogas a la hora de actuar en materia de reformas estructurales y conceptuales de largo plazo que Raúl prometió en 26/7/27.

La precaria situación económica, además de limitada las desatinadas medidas de liberación económica, alienta las políticas represivas, por lo que crecientes segmentos de la población joven han perdido su total confianza en las élites dirigentes y la burocracia administrativa.  La decepción sobre la política resultante, está demostrada por ascenso de los movimientos juveniles anti-establishment, resumida expresamente con la tercera parte la novela de Herejes de Leonardo Paruda, resultan más difícil diseñar respuestas más apropiadas en materia de políticas económicas.

Para colmo de males, ahora Cuba están permitiendo un contragolpe regulatorio contra innovaciones tecnológicas que afectan a las actividades arraigadas e ineficientes, y que evitan absurdamente a la población un mayor control de su propia vida y su bienestar.  Las crecientes restricciones perjudican especialmente a la juventud, tanto como productores como consumidores. Y la juventud opone a cualquier erosión significativa de tenues derechos sean amenazados

Dado el rol de la innovación tecnológica, gran parte de la cual es liderada por la juventud, Cuba podría reorientar las restricciones económicas existentes y podría tener un significativo y rápido impacto en la sociedad.  A través de una estrategia política más integral, podría transformar un actual círculo vicioso de estancamiento económico, inmovilidad social y inestabilidad en unos círculo virtuoso de crecimiento más inclusivo, una mayor estabilidad y coherencia social.  Lo que se necesita, en particular, es un progreso simultáneo de reformas estructurales y conceptuales pro-crecimiento y una mejor enfoque y gestión administrativa del gobierno.

Cuba si no cambie pronto el curso, las próximas generaciones sufrirán tendencias económicas, financieras y políticas negativas que se retroalimentan y que las agobian con demasiados retrocesos, poco crecimiento y demasiadas deudas.  Afortunadamente, la juventud están conscientes de sus crecientes problemas, le preocupan sus consecuencias y tienen un buen criterio respecto de cómo generar los cambios necesarios.

Si bien estos cambios son altamente deseables, sólo se materializarán si se ejerce una mayor presión de la población sobre las élites políticas.  En otras palabras, son pocos los políticos que defenderán cambios que prometen beneficios a más largo plazo pero que suelen implicara alteraciones en el corto plazo.  Lamentablemente, los jóvenes no han sido insistentes en lo que concierne a su participación política, en especial en cuestiones que afectan directamente su bienestar y el de sus hijos.  Sin duda, la ausencia de jóvenes en la participación política ha dejado la decisión en las personas de mayor edad, cuyas preferencias y motivaciones han sido y son bien diferentes.

La nueva generación tiene un potencial extraordinario para una mayor independencia respecto a cómo comunica, propaga, consigue y disemina información y comparte sus recursos.  Aspira legítimamente a una mayor autonomía e independencia para desarrollar sus posibilidades y asumir sus responsabilidades.  Si no lo logra hacer, siguiendo emigrando.

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