El mundo está en guerra

Jul. 13 (DP.net).– Un país donde un conflicto armado ha causado más de 1000 muertes entre civiles y combatientes en un año es un país en guerra. La guerra, ese terrible jinete del Apocalipsis, arrasa en estos momentos la paz, la estabilidad y el bienestar de más de 30 países del mundo, causando centenares de miles de muertos y muchos más heridos y mutilados sólo en 2021 y lo que va de 2022.

Puede decirse que contemplamos una desarticulada y confusa III Guerra Mundial en la que suceden combates que causan millares de muertos, heridos y mutilados en un número de países muy superior al de los que sufrieron combates y devastación en las dos Guerras Mundiales anteriores. En cada uno de cinco de esos países, la cifra de muertos, heridos, mutilados y desaparecidos supera los 10,000. En particular, destaca la devastación que ha causado la invasión rusa a Ucrania durante los últimos 5 meses, pero también en Afganistán, Etiopía, Yemen y Siria en los últimos 18 meses.

Ukraine front line in July 13th

México está también en guerra; una muy real guerra civil a la que se le califica como la "guerra contra las drogas". Esta guerra civil ha causado más de 350 mil muertes en los últimos 16 años.

Hay feroces guerras civiles en muchos otros países, sobre todo en Libia, Malí, Myanmar y Siria, pero también en forma de fuerte insurgencia terrorista en Burkina Faso, Camerón, Chad, Congo, Mozambique, Níger, Nigeria, Sudán, Tanzania y Somalia, entre otras de menor importancia, como en Iraq e incluso Colombia.

Todo esto sin contar con la terrible amenaza nuclear que se está desarrollando en Corea del Norte e Irán, o las pretensiones expansionistas de China en el Pacífico occidental, en Taiwán y en algunas islas que pertenecen a Japón, a Filipinas y a Vietnam, y el desplazamiento demográfico de los tibetanos para desmantelar su cultura.

Hay muchas razones posibles para que la guerra comience entre dos naciones o un grupo de ellas o, más a menudo, dentro de las naciones. Entre estas razones se encuentran motivos económicos, la expansión territorial o disputas fronterizas, la religión, el nacionalismo, la guerra civil y la revolución política. A menudo, los líderes y mandatarios de regímenes autoritarios se convierten en los principales motivadores del conflicto al instigar una disputa territorial, tratar de controlar los recursos naturales de otro país o pretender ejercer un poder autoritario sobre su pueblo o sobre la política de sus vecinos. Los países sujetos a conflictos prolongados pueden convertirse en países devastados por la guerra que requieren muchas décadas para reconstruir su infraestructura, economía y otras funciones, provocando, además, un agudo daño antropológico que es desolador para la estructura social.

La inmensa mayoría de los conflictos armados no se formalizan hoy día con declaraciones oficiales de guerra entre combatientes. Por ejemplo, el dictador ruso, Putin, califica la acción armada contra Ucrania como "una operación militar especial". Además, la mayoría de los conflictos armados en curso ni siquiera son identificados como una "guerra". Por tanto, este reportaje ha utilizado la definición del Programa de Datos de Conflictos de Uppsala, que identifica como "guerra" cualquier conflicto o enfrentamiento basado en que una de las partes es un Estado constituido y en que alcanza al menos 1000 muertes relacionadas con los combates en un año calendario específico. Las cifras de víctimas mortales en esos conflictos incluyen a los combatientes muertos en acción, así como a los civiles asesinados deliberadamente (por ejemplo, por bombardeos u otros ataques). En algunos casos el mundo contempla un verdadero genocidio, como está ocurriendo en Ucrania y como ha ocurrido recientemente en Siria.

El mundo está en guerra y no hay soluciones viables a la vista. Se trata de una prolongada y desgastante III Guerra Mundial.

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