¿Cuándo habrá leche y carne de res para los cubanos?

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La ropa vieja y la vaca frita son platos típicos de la cocina cubana que se han salvado fuera de la Isla. Aquí constituyen lujos inalcanzables para la mayoría de la población

La total libertad de los campesinos para determinar el uso de sus tierras, animales, siembras, comercialización, asociación y otras cuestiones es indispensable para “salvar” la ganadería y los cultivos agrícolas en Cuba.

El 26 de julio de 2007, Raúl Castro dijo que cada cubano debería tener un vaso de leche, no solo el litro diario vendido a los niños hasta los siete años por la cuota desde 1962. No se refirió a la carne de res, casi desconocida por la mayoría de los cubanos de varias generaciones.

Los campesinos tienen que estar motivados para poder recuperar la ganadería vacuna en Cuba. Las medidas para eliminar las trabas no han dado los resultados esperados porque ellos las desconocen. Esas fueron las conclusiones de la Plenaria Nacional de la Ganadería Bovina con los mejores vaqueros de los sectores estatal y privado, encabezada por el gobernante Miguel Díaz-Canel, el 6 de noviembre, según reportaron medios oficiales. La deficiente gestión de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) no se mencionó.

En esa reunión, Díaz-Canel expresó su satisfacción por las intervenciones de los agricultores, pero muchas de las medidas adoptadas para favorecer la producción agropecuaria no son conocidas por muchos de ellos, una deficiencia que recae sobre las empresas, incapaces de divulgar y explicar las decisiones y su alcance.

El gobernante también exigió a los funcionarios y directivos ir al campo a hablar con los productores, porque “esos son el principal actor de la ganadería, sin ellos no hay ni leche ni carne”, dijo.

La mayoría de los guajiros son ancianos; sus hijos han emigrado a los pueblos, ciudades y al extranjero, incluso aquellos que se hicieron veterinarios, ingenieros agrónomos, inseminadores, técnicos y obreros calificados, con la aspiración de convertir las tierras ancestrales en vergeles.

Durante la incubación del actual “período de continuidad”, los robos y la corrupción han proliferado aún más, sobre todo en las empresas de acopio, las UBPC y cooperativas. Asimismo, las dificultades son inmensas, pues no hay agua potable ni machetes, limas, guatacas, pienso, fertilizantes, medicamentos, combustible y medios de transporte.

En la década de 1950, Cuba era una de las naciones con mayor proporción de reses por habitantes (0,90), solo superada por Brasil (1,0), Argentina (2,39) y Uruguay (3,1). En el Censo Ganadero de 1952 se estimó la existencia de 5 391 100 reses. En 1953 la población de Cuba ascendía a 5 610 000 habitantes. La masa bovina actual es de 3 645 000 cabezas, según la Oficina de Estadísticas e Información (ONEI).

El 80% de la masa bovina pertenece a 142 733 productores individuales, que están sometidos a los dictámenes del Partido-Gobierno mediante leyes, reglamentos y decenas de medidas controladas por el Ministerio de la Agricultura. Las multas, decomisos y condenas a cárcel penden sobre los propietarios y usufructuarios.

La “Tarea Ordenamiento” iniciada en enero de 2021 elevó los costos de los servicios y los insumos que necesitan los campesinos para producir. Como consecuencia, también aumentaron los precios de los productos agropecuarios comercializados fuera del contrato del encargo estatal, lo que amplía la espiral de inflación. La escasez de alimentos, la alta mortalidad, el hurto, el sacrificio ilegal, los bajos niveles de natalidad y el descontrol continúan menguando la masa ganadera.

Desde hace décadas, los panes con bistec vendidos en los timbiriches callejeros son estampas costumbristas del pasado. La ropa vieja y la vaca frita son platos típicos de la cocina cubana que se han salvado fuera de la Isla. Aquí constituyen lujos inalcanzables para la mayoría de la población.

Tomado de: Cubanet

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